Israa creció en una gran familia en Irak. Ella describe a su padre como el que tiene el corazón más bondadoso del mundo. Siempre ayudó a su madre cuando ella lo necesitaba. "Así que me crié en una familia donde los hombres respetan a las mujeres."

Pero a los seis años, Israa comenzó a darse cuenta de que no todos los hombres eran como su padre. Vio a padres y maridos de su comunidad que impedían a las mujeres asistir a la escuela, o hacían que sus hijas se casaran con alguien que no querían. Fue entonces cuando empezó a pensar que necesitamos algo para potenciar a las mujeres.

Israa explica: "No puedo tolerar que le ocurran cosas injustas a nadie. No puedo quedarme callada. No puedo".

"No puedo tolerar que le ocurran cosas injustas a nadie. No puedo quedarme callado. No puedo".

Mientras vivía en el Iraq, su marido empezó a recibir amenazas de muerte porque trabajaba para una empresa estadounidense, por lo que Israa y su familia se trasladaron a Jordania, donde esperaban obtener la condición de refugiados. Años más tarde, se mudaron al condado de Washington, Oregón, donde residen hoy en día.

Una vez en Oregón, Israa comenzó a pensar en lo que quería hacer. Tenía un título en matemáticas, pero como no lo recibió en los EE.UU., los empleadores no le dieron trabajo.

Empezó como voluntaria en lugares como el banco de alimentos local.

"No me gusta aislarme. Me gusta inspirar a los demás", dijo Israa.

Luego, se enteró del Proyecto de Líderes Cívicos del Condado de Washington. "Sentí que no tenía mucha información sobre el sistema, las reglas del gobierno. ¿Cuáles eran mis derechos y mis deberes?" dijo Israa.

Ella y su marido decidieron solicitarlo y fueron aceptados. El Proyecto de Líderes Cívicos del Condado de Washington, dirigido por Adelante Mujeres en colaboración con el Condado de Washington, invita a las comunidades de color a completar un entrenamiento práctico de liderazgo, equipándolas para que participen activamente en la vida cívica del condado y se involucren en la toma de decisiones del mismo.

"Este entrenamiento me abrió muchas puertas. Me dio mucha información sobre muchas cosas que no sabía antes. Ahora, si alguien en mi comunidad necesita ayuda, puedo dirigirlo".

Completar este curso de capacitación en liderazgo también ayudó a Israa a superar los temores de hablar con los funcionarios del gobierno, ya que le dio la oportunidad de reunirse y hablar con senadores y representantes durante las sesiones semanales.

Israa planea seguir aprendiendo buscando más programas y proyectos en los que trabajar, y dice que no dudará en unirse a las juntas o comités ahora.

"Me ha cambiado, y estoy seguro de que va a cambiar a toda la comunidad."

Puedes apoyar el Proyecto de Líderes Cívicos del Condado de Washington y ayudar a que más mujeres como Israa se capaciten para liderar.